Esta nueva entrada en el Blog
pretende acercarnos a una de las empresas que fabricaron y siguen fabricando tapones corona a
varias de las empresas cerveceras bilbaínas. Y tengo que agradecer a Josep
Planas Combalía su inestimable aportación documental y personal sobre la empresa que fundara su abuelo.
Todos sabemos que el tapón corona es
el que cierra las botellas de vidrio de cerveza o de refrescos y que sólo se
saca con un abrebotella y un gesto de muñeca. Popularmente, los tapones corona
son las chapas, en Bilbao conocidas por el nombre de “Iturris”, como ya he
comentado en una entrada anterior en mi blog. Y no debe haber muchos productos
que, más de cien años después de su creación, sigan utilizándose en todo el
mundo de forma masiva y con apenas modificaciones de su diseño original. El
tapón corona lo inventó el irlandés William Painter en Estados Unidos en 1892,
y sus características están definidas muy estrictamente por el Deutsches
Institut für Normung (Instituto Alemán de Normalización); tiene la norma DIN
6099: 21 pliegues y unas medidas estudiadas al milímetro.
La empresa Combalía S.A. actualmente
es líder mundial en la fabricación de tapones corona. Su fundador fue José Combalía Guasch (Barcelona 23/11/1885-Barcelona
16/04/1985) que en 1923 puso en marcha en Barcelona la que
entonces fue la segunda empresa que fabricaba tapones corona en España. Su nieto, Josep Mª. Planas Combalía, amablemente
se ha puesto en contacto conmigo y me ha aportado unos muy interesantes datos e
imágenes de la vinculación de su empresa con Bilbao y su industria cervecera.
Me comenta que llegaron a ser hasta veinte competidores en el país, de los que
ya sólo quedan dos. “Somos el fabricante de tapones corona más antiguo de
Europa, quién sabe si del mundo”, dice Planas. Y para colmo… también fabrican
los actuales “iturris” de la recién renacida marca de cerveza bilbaína “La
Salve”.
Actualmente en el mundo debe haber
unos treinta fabricantes de tapones corona. “Y
casi todos son empresas familiares, por una razón: este es un producto de muy
poco margen y mucha dedicación, y por eso las multinacionales lo han dejado de
lado”. Por eso, explica Planas, la empresa que se lo inventó, Crown Cork,
sigue fabricando envases, pero ya dejó de hacer tapones corona. “Nosotros seguimos, porque estamos más
enfocados en la supervivencia de la empresa que en el enriquecimiento de la
familia. Si ahora montaras un negocio de cero, nunca harías una fábrica de
tapones corona. Pero nosotros hemos reinvertido todo, priorizamos el servicio y
la calidad”. Y asegura que tener una estructura familiar sencilla, “nos permite atender a los clientes bien y
rápido”. José María Planas es el principal accionista de la empresa, en la
que también tienen acciones sus hermanos y sus hijos.
Pero esta historia se remonta a
principios del siglo pasado. Los hermanos Emili y Josep Combalía trabajaban en
unas oficinas hasta que decidieron emanciparse: el primero abrió una agencia de
aduanas (que ha mantenido el apellido hasta hace apenas unos años), el segundo
empezó en 1918 a fabricar utensilios de menaje de acero esmaltado. Fabricando
ollas y orinales andaba Josep Combalía cuando vio que los industriales del
corcho de Girona traían de Estados Unidos máquinas de segunda mano para hacer
tapones, y decidió entrar en el negocio hacia 1923.
Josep Combalía Guasch inicia la fabricación de
tapones corona en 1930 con maquinaria usada procedente de Estados Unidos y
traída a nuestro país por Josep Torras i Jonama (Palafrugell 26/12/1857-Niza
15/12/1946). Cuentan que no se dedicaba lo suficiente a la nueva empresa, por lo que
decidió confiarla a su joven yerno, Alfonso Planas de Luna (Barcelona 04/03/1911-26/02/1974), que la sanea
y amplía aportando capital y gestionándolo hasta 1974 en que continúa uno de
sus hijos, Josep Mª. Planas Combalía (casado en Bilbao con una bilbaina, ¡ahí es nada!) hasta
su jubilación el 20/02/2013. Le sucede la
4ª generación, su hijo J.Mª. Planas Rodriguez.
Josep Planas Combalía (derecha) y su hijo Josep Mª Planas Rodríguez (izquierda) |
La fabricación inicial en la calle Travesera de
Gracia 274 de Barcelona se amplia y traslada en setiembre de 1968 a una nueva planta en
el Polígono Industrial del Besós (Barcelona) y en 2002 nuevamente se
traslada, amplia y moderniza a 60
km de Barcelona en el Polígono Industrial Skol de Sant
Feliu de Buixalleu (Girona), con una capacidad de fabricación cercana a los 20
millones de tapones diarios. Esta nueva fabrica se halla certificada con las
normas ISO y FSSC 22000 (incluye ISO 22000, PAS 223:2011 y FSSC 22000) de
máxima garantía de calidad, exigencia alimentaria y de todo el proceso
industrial.
En la planta de Combalía en Sant
Feliu de Buixalleu trabajan 40 personas que fabrican cada día 20 millones de
chapas, eso es, 6.000 millones de tapones corona al año. Sus clientes son
principalmente multinacionales, grandes compañías de refrescos, aguas y
cervezas. Y también son suyos los tapones que utiliza el cava durante el
proceso de elaboración. Combalía factura alrededor de 18 millones de euros, y
el 40% va a exportación, principalmente a Europa y África.
En algo más de quince años, las
ventas de la empresa en volumen se han triplicado. El cierre de muchos
competidores les ha beneficiado. “A
mediados de los noventa tomamos una decisión familiar: ¿apostamos por la
empresa, o vendemos y a otra cosa? Y decidimos que nosotros creemos en esto”.
Confía que “mientras se utilicen botellas
de vidrio -y están en auge, por temas medioambientales-, habrá tapón corona. Es
el cierre más optimizado que hay en el mercado, ninguno lo ha podido superar”
afirma contundente Josep Planas.
Para más información sobre la
empresa véase: José Combalía S.A
Una vez contextualizada la empresa José
Combalía, hay que precisar que casi desde el principio de su fundación hay
relaciones comerciales con las empresas bilbaínas y en general vascas de bebidas gaseosas y de
cervezas. Desgraciadamente el archivo
histórico de la empresa ha desaparecido y tal y como me comentó Josep Planas en
el primer traslado de sus instalaciones en el año 1968 se destruyó, sin saber
la razón, la correspondencia de clientes anterior a 1960… solo se guardaron las
facturas de proveedores (La Basconia,
Altos Hornos de Vizcaya…). Aparte de esas facturas de proveedores conservan muestras
físicas de tapones antiguos, de diversas gaseosas del País Vasco y de la
Cervecera del Norte. Dado el carácter histórico y testimonial me las ha hecho
llegar para su conocimiento y difusión. Muchas de las planchas de hojalata se
realizaban en los talleres de La Basconia y posteriormente se litografiaban en
otras empresas, como la factura que adjuntamos, en la que aparece un encargo
para las Cervezas La Salve de Bilbao, aunque de esta empresa no conservan muestras..
Nueva cerveza La Salve. 2015. José Combalía |
Me parece destacable que existan empresas y empresarios que sepan dar algo más que beneficios a sus empresas, como es pasión y entrega en su trabajo cotidiano
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