domingo, 22 de diciembre de 2013

Las primeras etiquetas de cerveza de Bilbao conocidas

Esta nueva entrada en el Blog pretende aproximarse a las primeras etiquetas conocidas del siglo XIX, con especial interés al caso de Bilbao. La utilización de etiquetas para los productos cerveceros en Europa se inicia a comienzos del s. XIX. Aunque al principio estas eran impresas en monocromo, a partir de 1840, con la llegada de la impresión en color, la etiqueta cervecera empieza a utilizarse como un objeto de marketing. En esos años se suceden además otros cambios en el ámbito cervecero que influirán en el posterior desarrollo de las etiquetas. Los tipos de envases comenzaron a evolucionar ; la aparición de la botella de vidrio aparcó la utilización del incomodo barril de madera. Las cerveceras que hasta entonces solían elaborar una sola clase de cerveza comienzan a fabricar diferentes especialidades y todo esto unido a la competencia que aparecía para colocar los productos en el mercado hace que las etiquetas comiencen a ser una parte fundamental en la botella de cerveza tanto para su diferenciación como para su venta.

Antes de la aparición de las primeras etiquetas españolas conocidas ya existían en Bilbao y en el resto de España algunas pequeñas cerveceras que elaboraban sus propias marcas, como fueron en Bilbao el caso de los Schumann y Geiler, en Barcelona Moritz y Santa Bárbara en Madrid, e incluso sabemos que utilizaron etiquetas, pero de ellas no hay constancia en la Dirección Especial de Patentes y Marcas e Industria. Las primeras etiquetas de cerveza españolas de las que se tiene  conocimiento datan de finales del siglo XIX y a ellas me referiré en esta entrada del Blog. Santander, Barcelona, Madrid, San Sebastián, La Coruña, Cádiz, Granada y Bilbao fueron las primeras ciudades con etiquetas conocidas de cerveza. 

Las primeras etiquetas españolas

En 1878  se concede la marca La Cruz Blanca, y en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial del año 1886 Enrique Meng, socio gestor de la sociedad industrial Matossi Franconi y Compañía, sita en Santander, registra cuatro marcas de la cerveza La Cruz Blanca : 


1. “Imperiale Bock Ale” consistía en una etiqueta ovalada, en tres colores, azul, rojo y negro, destinada á la cerveza llamada. Esta etiqueta estaba formada por un óvalo de tinta azul y negra, y dejaba leer en letra blanca y en su parte superior “La Cruz Blanca”, y en la inferior Santander. En el centro, y encerrada en un circulo negro en el que se leía en letra blanca “Marca de fábrica depositada”, se hallaba una cruz blanca formada de cinco cuadros iguales sobre fondo rojo, y pasando por debajo y uniendo los dos lados opuestos del ovalo azul, una cinta figurada cuyos dos extremos caen hacia abajo. En la parte superior, y en el espacio comprendido entre la cinta reseñada y la porción del óvalo azul, se hallaban los dibujos de las medallas correspondientes a las Exposiciones de Burdeos 1882, Amsterdam 1883 y Amberes 1885, y sobre ellos un letrero que decía Medallas de oro. En la parte inferior y en el espacio comprendido entre la cinta y la porción de ovalo azul, se hallaba una inscripción que decía: “Imperiale Bock Ale”, nombre de la cerveza á que se aplicaba, y tanto ésta como las medallas sobre un fondo rayado escocés, azul y rojo.

2. “Doble bock”. Esta etiqueta, formada por un óvalo de tinta roja y negra, dejaba leer en letra  blanca y en su parte superior “La Cruz blanca”, y en su parte inferior “Santander” con dos adornos blancos en los dos extremos. En el centro y encerrada en un círculo negro, en el que se leía en letra blanca “Marca de fábrica depositada”, se encontraba una Cruz blanca sobre fondo rojo, y pasando por debajo y uniendo los dos lados opuestos del óvalo rojo, una cinta figurada, cuyo extremo derecho caía retorcido hacia abajo y el izquierdo retorcido hacia arriba. En la parte superior, y en el espacio comprendido entro la cinta reseñada y la porción de óvalo rojo, se hallaban los dibujos de las medallas correspondientes á las exposiciones de Burdeos 1882, Amsterdam 1883 y Amberes 1885, y sobre ellas un letrero que decía: Medallas de oro. En la parte inferior, y en el espacio comprendido entre la cinta y la porción de óvalo rojo se hallaba una inscripción que decía: Doble Dock, nombre da la cerveza a que se aplica, y tanto ésta como las medallas sobre un fondo rojo cuadriculado.

3. "Morena doble bock“. Esta etiqueta, formada por un óvalo de tinta marrón, deja leer en la parte superior en letra blanca La Cruz blanca, y en la inferior Santander. En el centro, y encerrado en un círculo de color marrón, en el que se leía: Marca de fábrica depositada, se halla una  cruz blanca sobre fondo rojo, y pasando por debajo y uniendo los dos lados opuestos del óvalo, una cinta figurada, cuyo extremo derecho caía retorcido hacia abajo y el izquierdo retorcido hacia arriba. En la parte superior y en el espacio comprendido entre la cinta reseñada y la porción de óvalo color marrón, se hallan los dibujos do las medallas de las exposiciones de Burdeos 1882, Amsterdam 1883 y Amberes 1885, con dos adornitos en los dos extremos de las medallas. En la parte inferior, y en el espacio comprendido entre la cinta y la porción de óvalo marrón, se hallaba una inscripción que decía: Morena doble Bock, y sobre la palabra Morena y a derecha e izquierda, unos rasguitos de adorno en forma de S.

4. “Cerveza de mesa”. Esta etiqueta, formada por un óvalo apaisado de tinta roja, dejaba leer en letra blanca y en su parte superior “La Cruz blanca”, y en la parte inferior “Santander”. En el centro y encerrada en un circulo azul, en el que se leía en letra blanca “Marca de fábrica depositada”, se hallaba una cruz blanca sobre fondo rojo, y pasando por debajo y uniendo los dos lados opuestos del ovalo y un poco sesgada, una cinta figurada, cuyo extremo derecho caía retorcido hacia abajo y el izquierdo retorcido hacia arriba. En la parte superior, y en el espacio comprendido entre la cinta reseñada y la porción de óvalo azul, se hallaban a la derecha las medallas correspondientes  las exposiciones de Burdeos 1882, Amsterdam 1883 y Amberes 1885, y a la izquierda un letrero en tinta que decía “Medallas de oro”. En la parte inferior y en el espacio comprendido entre la cinta y la porción de óvalo azul, se hallaba una inscripción que decía: “Bock—Cerveza de mesa”, nombre de la cerveza a que se aplica, y tanto esta como las medallas sobre un fondo azul cuadriculado.


A partir de esa fecha se produciría un auténtico "Label boom" cervecero en España, y se sucedieron numerosas solicitudes de etiquetas. Ya en 1882, en Valencia, Cayol Hermanos (posteriormente sólo Adrián Cayol) solicitó una marca de fábrica para sus productos; la aquí mostrada, aunque data de 1904, ya se utilizaba desde 1888, según aparece en un anuncio de la época.

Anuncio en prensa, 1888
Marca de fábrica 

Damm en 1888 registra dos marcas de fábrica para distinguir cervezas ; una de ellas  para distinguir cerveza común, que consistía en una estrella de cinco puntas ; la otra para distinguir cerveza superior y consistía en un macho cabrio, de pie sobre sus patas traseras, y sosteniendo con las manos una estrella de cinco puntas. 




















De 1888 son también las etiquetas de La Cruz Roja,  una desconocida fábrica en Granada, Gómez y Compañía, y muy similares a las santanderinas de “La Cruz Blanca”.



Ese año se celebró en Barcelona la Exposición Universal, y fueron galardonados con menciones honoríficas varias cervezas españolas participantes : Medallas de Oro : Luis Moritz, de Barcelona, La Austriaca (del Marqués de Valbuena del Duero) y La Cruz Blanca de Santander ; Medallas de Plata: Benito Kutz, de San Sebastián ; Meins y Cia, de Madrid ; Catañeda, Irigaray y Cia, de Villarreal de Urrechua, Guipúzcoa ; Adrían Cayol, de Valencia. Medalla de Bronce: Justo González Molada, de Córdoba. 

De algunas de las botellas y etiquetas premiadas existen testimonios gráficos, como las de Moritz y Kutz, a través de un par de fotografías de la época. En ellas se pueden observar los curiosos montajes que ambas empresas realizaron para exponer sus productos. La de Kutz era una instalación en forma de pirámide triangular en cuyos tres lados de la base había veinte y cuatro botellas, y sobre una columna central que llevaba dos balconadas triangulares, otras series de botellas, terminando el conjunto piramidal, en una sola botella. Apenas se pueden distinguir los diseños de las etiquetas, y sus formas en ambos casos son ovaladas. En la etiqueta de Moritz se puede intuir la letra M, insignia de la marca, como motivo principal en el medio de la misma. En la de Kutz también se adivina el motivo, que podría ser la cabeza de un león, que en 1898 aparece como motivo principal de la etiqueta que fue solicitada.

Montaje de Luis Moritz para la Exposición Universal de Barcelona de 1888

Montaje de Benito Kutz en la Exposición de Barcelona de 1888

En 1889 tanto Luis Moritz en Barcelona, con “Cerveza España”, como Carlos Maier con “La Gaditana” en Cádiz, registraron varias marcas de fábrica para sus botellas. En 1891 serían los hijos de Casimiro Mahou en Madrid los que registraron sus primeras etiquetas. En 1892 La Cruz Blanca también registró una nueva marca denominada “Pepita”. En 1893 se data otra etiqueta de Damm y Cia de marca “La Golondrina”. La etiqueta de “La Torre de Hércules” de Edmundo Jalvo, en La Coruña, es de 1895. De ese años es también la de los sucesores de Moritz, Ernesto Petry. Otra etiqueta coruñesa es la de “Cerveza de Merckel”, datada en 1896, y concedida en 1897 a Manuel Serrano, sucesor de La Cervecera Alemana fundada en 1808. De 1896 son las dos etiquetas de la catalana Enric Comas y Compañía. Y en 1898 se registra la primera etiqueta conocida de Benito Kutz, en San Sebastián, como “Cervecería de Strasburgo”. De 1898 también es la de “La Austríaca”.













La Cervecería Vascongada de Carlos Meins en Bilbao y sus etiquetas

Además, el caso del cervecero alemán Carlos Federico Meins es curioso de ser citado, ya que es un gran desconocido en la historia cervecera española. Sabemos que Meins trabajó como maestro cervecero en la fábrica de La Cruz Blanca en Santander bajo las órdenes de Enrique Meng entre 1880 y 1887. Parece que ya en esa última fecha pensaba establecer en Madrid una fábrica con su propio nombre, de la que hay constancia de su existencia en el Camino del Pardo, número 7. En 1887 reside entre Madrid y Bilbao y en ese año solicitó dos marcas de cerveza, una de ellas con la marca “Cerveza Imperial”, de la que conocemos su etiqueta, y la otra “Salvator”. Como ya he mencionado, en 1888 es galardonado en la Exposición Universal con una medalla de Plata por sus cervezas y ese mismo año en Bruselas obtiene una de Oro; al año siguiente obtuvo en la Exposición Universal de París una medalla de Plata.


Pero será en 1895, ya residente definitivamente en Bilbao, cuando solicita la primera etiqueta conocida de cerveza en la villa del Nervión, una “Doble” llamada “Cerveza Vascongada”, aunque le fue denegada. En 1898 se le concede una nueva marca que consistía de dos círculos con la inscripción “Cervecería Vascongada” en la parte superior, y en la inferior otra que decía “Carlos Meins. Bilbao”. En la parte izquierda y entre los dos círculos existía un escudito de las cuatro provincias vascongadas, y otro en la derecha que representaba el escudo de Vizcaya; en el centro del círculo interior se veía la marca del toro, y en su parte superior se leía la palabra “Toro”, y en la parte inferior se leía también “Marca depositada”. De esta marca registrada derivarían las primeras etiquetas de cerveza conocidas de Bilbao, en las que, para incluir el nombre del tipo de cerveza y algún dato más, se añadiría otro círculo exterior. En una próxima entrada del Blog profundizaré algo más este cervecero afincado en Bilbao.

Etiqueta de 1895, denegada

Marca de fábrica concedida en 1898


Imagen de la etiqueta cedida por Enrique Solaesa

Imagen de la etiqueta cedida por Enrique Solaesa


A modo de conclusión debo indicar que las formas de estas primeras etiquetas españolas son fundamentalmente ovaladas, redondas o rectangulares. Los motivos principales de ellas son animales: macho cabrío, águila, golondrina, león y toro; aunque también aparecen, entre otros, una cruz, un barril y una estrella. Muchos de estos motivos se repetirán y se mezclarán durante el siglo XX en casi todas las marcas de cerveza españolas. El recurso a introducir en las etiquetas las menciones a los premios logrados por las fábricas fue durante muchos años frecuente. Los tipos y denominaciones de cerveza fueron variados: Imperial, Bock, Doble-Bock, de Mesa, Múnich, Morena, Salvator… 

Estas primeras etiquetas conocidas de cervezas españolas sentaron las bases para el futuro desarrollo del marketing cervecero español y con ellas las etiquetas empezaron a ser objeto de coleccionismo; sin él muchas de ellas no hubieran llegado nunca hasta nosotros.


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